"Cada una contamos nuestras experiencia, cómo estamos organizadas, a dónde vamos a leer, nuestras preocupaciones, nuestros logros. Todas estamos distribuídas en distintas escuelas de ambas ciudades y las Abuelas de Rufino también van a los geriátricos" —nos contó una de ellas, Margarita Bernasconi. "A todas nos encanta la idea de ocupar el espacio vacio que nos dejó la jubilación y/o la independencia de nuestros hijos, o alguna pérdida... Estamos fascinadas con la respuestas de los niños que nos esperan, nos reconocen, somos sus Abuelas Cuentacuentos. Y hay algo que nos agrada de sobremanera: formar parte de la entidad tan prestigiosa que es la Fundación Mempo Giardinelli: eso nos jerarquiza, le da un hermoso marco a esta tarea tan sencilla pero tan maravillosa a la vez."
También la abuela Martha Puigrredon nos relató algo del encuentro: "Nos invitaron para confraternizar e intercambiar experiencias. Nos presentamos , cada grupo describió las experiencias con los niños. Mi impresión personal sobre el grupo de Rufino es que demuestran solidez , se respetan y sobre todo tienen muchísimas ganas de trabajar por y para el fomento del libro y la lectura. Estaban agradecidas con la abuela Betty Leali porque les brindó asesoramiento y les regaló algunos cuentos."
También la abuela Martha Puigrredon nos relató algo del encuentro: "Nos invitaron para confraternizar e intercambiar experiencias. Nos presentamos , cada grupo describió las experiencias con los niños. Mi impresión personal sobre el grupo de Rufino es que demuestran solidez , se respetan y sobre todo tienen muchísimas ganas de trabajar por y para el fomento del libro y la lectura. Estaban agradecidas con la abuela Betty Leali porque les brindó asesoramiento y les regaló algunos cuentos."
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